martes, 13 de marzo de 2012

EL ESFUERZO Y EL ÁNIMO. BEJAR BALLET LAUSANNE


Es una escuela de danza municipal en Suiza, que recibe subvenciones del municipio, por tanto la escuela tiene un compromiso con la comunidad; y esto hace que el municipio tenga un nexo con la educación a través del arte y la cultura.
Hablando de educación, la escuela tiene un contenido educativo basado en el arte de la danza, considerando la danza como parte de la alta cultura o cultura de élite, ya que pervive a pesar del tiempo y la historia. Estamos seguros de considerar la danza presentada en esta escuela como alta cultura, porque presenta la esencia de un bailarín cuyo arte perdura en la historia y se le siente presente. Además, la cultura de élite requiere esfuerzo para ser construida y disfrutada, siempre para acceder a ella se necesita de entendidos que te la muestren, es decir, necesitas un maestro que te inicie en ella.                                                                
El contenido educativo de esta escuela reside en al arte de la danza y como metodología cabe destacar la repetición, tras la que siempre hay un esfuerzo, ya que en todo momento se busca la perfección. El objetivo que se persigue al transmitir la cultura es hacer descubrir “al otro” la excelencia de algo y para lograrlo ¿a qué somete “al otro” el educador? En este caso “el otro” es sometido a la repetición de los ejercicios en la danza.
La danza es una herramienta educativa que se utiliza para transmitir un legado y se va transmitiendo de generación en generación, además ese legado a la hora de transmitirlo se va transformando y cambiando, por lo tanto no es solo una transmisión de un contenido estático, sino que además se va construyendo ese propio legado. Esto quiere decir que según el sujeto de la educación vaya recibiendo el legado, lo va transformando, ya que tiene que hacerlo propio.
Siempre que hablemos de educación se pueden mencionar los contenidos, la metodología, el legado que se transmite y todo ello sucede en un contexto, en este caso el contexto es el municipio de Suiza. El municipio tiene un compromiso con la cultura y se encarga de dar las subvenciones a la escuela, pero no es solo una cuestión de dinero, sino la existencia de un pacto entre la comunidad y la escuela de danza. La ciudad colabora y ayuda en el proyecto y al mismo tiempo los profesionales de la escuela trabajan para el público, es decir que es un intercambio reciproco en el que todos cumplen con su responsabilidad en la construcción conjunta de un proyecto. La comunidad sabe lo que cuesta mantener un proyecto: esfuerzo, dinero, tiempo… De modo que la comunidad es consciente del esfuerzo de los profesionales y los profesionales son conscientes de la ayuda de la comunidad, es decir, que para la construcción de un proyecto común en un ámbito en el que incluyamos la participación de toda la ciudadanía es imprescindible la corresponsabilidad tanto por parte de la comunidad como por parte de la escuela.
La comunidad hace posible la existencia de la escuela y al mismo tiempo la escuela debe constituirse como un órgano que pueda responder ante la comunidad, es decir, la escuela es el conjunto de personas que hacen una sola, trabajando para un mismo fin y ofreciendo un resultado a la comunidad. “El conjunto de personas que componen la escuela son el conjunto de moléculas que forman un solo ente: la compañía”. Todas esas personas que están en la compañía bien es cierto que son un solo ente, pero además de ese desarrollo grupal, cada uno de los miembros de la compañía tiene su propio proceso de educación como individuo. Para los individuos el proceso educativo constituye su desarrollo personal, ya que puede apropiarse del legado que se les brinda la oportunidad de tomarlo, cada individuo puede agarrarlo, hacerlo suyo… y eso constituye el desarrollo personal de cada uno.

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